Una escalera de acceso y un podio adornado con elegantes columnas delimitan las zonas votivas, en el contexto de una alineación perfecta. Son los restos sustanciales del templo de Antas que han llegado hasta nosotros, rodeados de una naturaleza que en primavera adquiere el aspecto de un Avalón silencioso.
El santuario, construido con piedra caliza local, está situado en un pintoresco valle de la zona de Fluminimaggiore, dominado por el monte Conca s'Omu. La zona sagrada circundante, construida en una época posterior, se cubre de primavera con un prado cubierto de margaritas blancas.
Tras haber pasado por las fases cartaginesa (hacia el 500 a.C.) y púnico-helenística (300 a.C.), durante las cuales tuvo una gran importancia como demuestran los elementos arquitectónicos y los numerosos exvotos, el templo conoció su mayor esplendor durante la época romana: una primera fase augustea y una segunda (siglo III d.C.), de la que data la inscripción del emperador Caracalla, situada en el frontón.
Una escalera de acceso y un podio adornado con elegantes columnas delimitan las zonas votivas, en el contexto de una alineación perfecta. Son los restos sustanciales del templo de Antas que han llegado hasta nosotros, rodeados de una naturaleza que en primavera adquiere el aspecto de un Avalón silencioso.
El santuario, construido con piedra caliza local, está situado en un pintoresco valle de la zona de Fluminimaggiore, dominado por el monte Conca s'Omu. La zona sagrada circundante, construida en una época posterior, se cubre de primavera con un prado cubierto de margaritas blancas.
Tras haber pasado por las fases cartaginesa (hacia el 500 a.C.) y púnico-helenística (300 a.C.), durante las cuales tuvo una gran importancia como demuestran los elementos arquitectónicos y los numerosos exvotos, el templo conoció su mayor esplendor durante la época romana: una primera fase augustea y una segunda (siglo III d.C.), de la que data la inscripción del emperador Caracalla, situada en el frontón.
De la escalinata quedan solo tres rellanos (en parte reconstruidos) pero originariamente tenía más; en el cuarto, se alzaba el ara sacrificial, como establecían los cánones romanos. El templo se subdivide en un pronaos con cuatro columnas -de fustes lisos, basas áticas y capiteles jónicos- en la fachada y una en los laterales; una cella de 11 metros de profundidad con suelo cubierto de mosaico blanco; y un adyton con dos compartimientos casi cuadrados con cisternas.
El templo se originó (siglo IX a.C.) como santuario nurágico. Algunas tumbas de pozo atestiguan el uso de la zona como cementerio. En una de ellas se encontró una estatuilla de bronce que representa a una divinidad masculina desnuda con una lanza en la mano izquierda, probablemente el Sardus Pater o el dios púnico Sid, guerrero y cazador, una transposición de la divinidad local Babai.