Ortacesus se encuentra en una llanura al norte de la cuenca del Flumini Mannu. El pueblo creció en una zona rica en asentamientos, a lo largo de la carretera entre Senorbì y Guasila. En la zona hay numerosos manantiales minerales, como Mitza S'Orrù, Mitza Su Fenu y Fontana Bangius, que ya se utilizaba para baños termales romanos. La región de Ortacesus ha estado habitada desde la época nurágica. Se han descubierto numerosos yacimientos arqueológicos en la zona, entre ellos el famoso nuraghe de S'Omu de s'Orcu, en la frontera con Guasila. El origen del topónimo es aún incierto, pero es seguro que el pueblo se llamaba antiguamente Orzochesos, y formaba parte del Judicato de Cagliari, en la curatoria de la Trexenta. La estructura urbana del pueblo refleja la tradición de la zona, con calles estrechas y callejones que se cruzan sin fin. Las casas son de poca altura y están construidas con materiales típicos de las construcciones agrícolas.
Ortacesus se encuentra en una llanura al norte de la cuenca del Flumini Mannu. El pueblo creció en una zona rica en asentamientos, a lo largo de la carretera entre Senorbì y Guasila. En la zona hay numerosos manantiales minerales, como Mitza S'Orrù, Mitza Su Fenu y Fontana Bangius, que ya se utilizaba para baños termales romanos. La región de Ortacesus ha estado habitada desde la época nurágica. Se han descubierto numerosos yacimientos arqueológicos en la zona, entre ellos el famoso nuraghe de S'Omu de s'Orcu, en la frontera con Guasila. El origen del topónimo es aún incierto, pero es seguro que el pueblo se llamaba antiguamente Orzochesos, y formaba parte del Judicato de Cagliari, en la curatoria de la Trexenta. La estructura urbana del pueblo refleja la tradición de la zona, con calles estrechas y callejones que se cruzan sin fin. Las casas son de poca altura y están construidas con materiales típicos de las construcciones agrícolas.
La visita al Museo del Trigo es sumamente interesante. En él se documentan las tradiciones de cultivo, transformación y consumo del trigo en la región histórica de Trexenta, a la que pertenece Ortacesus. Las iglesias de San Bartolomé, San Isidoro, San Pedro y Santa Lucía también merecen una visita. La fiesta de San Bartolomé, los días 24 y 25 de agosto, es una ocasión muy especial: combina una procesión religiosa de jinetes con trajes tradicionales acompañados de músicos, fuegos artificiales, carreras de caballos y bicicletas, una poética justa en campidano sardo y bailes en la plaza del pueblo.