Al norte de Bosa, a lo largo de la accidentada franja costera que conduce hasta Alghero, se alza un promontorio de naturaleza volcánica, alrededor del cual se alternan rocas rojizas de toba, calas y barrancos. Es Cabo Marargiu, tan imperturbable y aislado que a lo largo de las décadas ha albergado especies de fauna majestuosas y extremadamente raras y, como resultado, se ha convertido en un parque biomarino. Llegarás ahí por senderos inmersos en los arbustos mediterráneos, entre mirtos y lentiscos, y te encontrarás en un paisaje atemporal: en el fondo septentrional Cabo Caccia, frente al islote de sa Pagliosa, al sur los acantilados de traquita blanca de Bosa. Al pie del "cabo" se extienden una serie de calas de guijarros con algunos tramos de arena que se sumergen en el mar azul y azul cobalto.