Área de Monte Sirai
El asentamiento en Monte Sirai se encuentra a pocos kilómetros de Carbonia, en una meseta volcánica que permitía controlar los accesos desde el mar, con las islas circundantes y la meseta hasta los montes.
El lugar, frecuentado desde el neolítico y en la época nurágica, se convirtió alrededor del año 750 a.C. en la sede de un asentamiento fenicio. La cumbre del monte alojaba los barrios de poblaciones y los edificios públicos de los cuales, el más importante era, probablemente, el templo de Astarte y la necrópolis de incineración.
Alrededor del año 520 a.C., la ciudad fue completamente destruida y repoblada por los cartaginenses, con la instalación de una muralla en el centro poblado.
La ciudad de Monte Sirai representa el instrumento fundamental para un mejor conocimiento de la civilización fenicia y púnica, ya que el centro poblado, completo de cada uno de sus componentes, no sufrió ninguna superposición posteriormente.
Anfiteatro
El término 'amphitheatrum' (anfiteatro) describe un tipo especial de monumento, característico del mundo y de la cultura romana, destinado a acoger a los combatientes de los gladiadores (llamados 'munera') y a los cazadores de animales feroces (llamados 'venationes'). El término parece hacer referencia explícita a la forma arquitectónica de la estructura: se trataría de un 'amphitheatrum'. es decir, de un 'theatrum' doble. El término sustituye, a partir de la primera Edad Imperial, al más antiguo, 'spectacula', que, literalmente, indica un conjunto de asientos desde donde se podía asistir a un espectáculo. Los testimonios más antiguos de este tipo de monumento parecen surgir a finales del siglo II a.C. La construcción del anfiteatro de Cagliari data de entre el siglo I y el siglo II d.C. Su estructura resulta, en gran medida, escavada directamente en la roca de la colina, tanto las gradas como los ambientes subterráneos. Para la construcción del resto de partes constructivas, como la fachada S, actualmente destruida, se utilizaba la caliza local, extraída en bloques. La misma área del anfiteatro se convierte, a lo largo de los siglos (a partir de la Edad Giudicale) en una verdadera y propia mina de piedras, utilizada tanto para la recuperación de material de construcción ya elaborado, como para la extracción de nuevos bloques de calcáreas. Todavía son visibles los signos que demuestran este uso del área. La expoliación sistemática finalizó, aproximadamente, a mediados del siglo XIX, cuando el anfiteatro pasó a ser propiedad municipal. Durante la intervención de excavación dirigida por Spano, se encontraron numerosas placas de mármol, destinadas a cubrir las gradas, subdivididas en tres niveles diferentes, cada uno de ellos destinado a los espectadores pertenecientes a una clase social específica. El acceso a cada nivel era posible a través de un pasillo específico. La capacidad parece que estaba alrededor de diez mil espectadores. Encima de la arena, se encontraba el 'pódium', reservado a los personajes de mayor influencia. Las clases sociales de los libres (subdivididos jerárquicamente en 'senatores, equites', plebeyos y sirvientes) ocupaban el 'ima, media, summa cavea'. Las mujeres y los esclavos ocupaban la última grada cubierta, la galería. En el anfiteatro de Cagliari, tenían lugar. sobre todo, combates entre gladiadores y encuentros entre gladiadores y animales feroces, pero parece que el anfiteatro también estuviera destinado a la representación de espectáculos teatrales y a la ejecución de sentencias capitales. El agua de lluvia que se acumulaba en las gradas del anfiteatro confluía en la cisterna de un pasillo de 96 m al cual se accedía a través de una apertura excavada en la roca ('euripus'), en el lado S del arena.
Parque Natural Regional de Gutturu Mannu
Sugestiva localidad situado en los límites del complejo montañoso del bajo Sulcis, el área de Gutturu Mannu está comprendida en los territorios de los municipios de Assemini, Capoterra y Uta y ha sido declarado, por medio de un Decreto Ministerial, área de notable interés público en 1975. El valle toma su nombre de su extensa conformación, siendo una gran garganta excavada entre los montes y atravesada por el río Gutturu Mannu. La superficie total del área es de, aproximadamente, 4768 hectáreas y se pueden recorrer en su mayoría, gracias a los caminos internos aptos a los jeep. En el sistema montañoso de Gutturu Mannu, junto al de Is Cannoneris y de Pantaleo, se encuentra el área en la que la Región de Cerdeña, en base a las disposiciones de las leyes regionales 31/89 y 45/89, había previsto la institución del “Parque natural de Sulcis”. La ley regional en materia de áreas naturales protegidas de 1989 indicaba una delimitación provisional de los límites del Parque extremadamente amplia, previsión que se considero no posible. Por tanto, el actual diseño de ley prevé una extensión menor, en la que existen tres zonas de protección de la fauna instituidas por la Consejería para la Defensa Medioambiental: la del Parque de Gutturu Mannu, la de Piscina Manna – Is Cannoneris y la de Pantaleo, gestionadas por el Ente Forestal de Cerdeña. En el interior de este Parque, además, hay una Zona de Protección Especial (ZPE) de la Red Natural 2000, gestionada por el WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza, por sus siglas en inglés), cuya finalidad es la protección de la biodiversidad a través de la conservación de los hábitat naturales, de la flora y de la fauna selváticas. Quien acude por primera vez a la zona montañosa de Gutturu Mannu, es sorprendido por la densa vegetación forestal (entre las más vastas de Europa), caracterizada por robles, encinas, álamos, alcornoques, mirto, algarrobera, lentisco y jara, por la variedad de la fauna, así como por pintorescos cursos de agua y por numerosas fuentes.
Necrópolis de S'Acqua Salida y de Corongiu
Consta de dos zonas situadas a 150 m de distancia: la primera está constituida por domus de janas de proyección horizontal y de pozo ciego (1, 2, 3, 4), mientras que la segunda solo por domus de pozo ciego (5, 6, 7). Es de particular importancia la tumba 1, resultado de varias fases de construcción. Originalmente era una domus de pozo ciego con antecámara y cámara principal, pero luego se le añadió un corredor de acceso en lugar del pozo ciego y fue ampliada a la derecha de la cámara principal, anexando las tres pequeñas cámaras funerarias de una sepultura vecina. La antecámara tiene el panel pintado en ocre rojo. La entrada está orientada al suroeste. La tumba 2 está constituida por un pozo ciego de acceso y una cámara rectangular cuyo techo, parcialmente derrumbado, se apoyaba originalmente sobre dos pilares. En el suelo se puede ver una tina donde se ha encontrado cazoletas. La pared opuesta a la entrada presenta un ornamentado pintado en ocre rojo: dos prótomos de toro con diagrama en T dentro de un panel rectangular. El color rojo y el prótomo de toro son los signos más comunes de la religiosidad neolítica sarda. La tumba 4 consta de un corredor de acceso, una antecámara y una cámara. La entrada está orientada al este. La cámara es circular y reproduce el esquema de la choza, como lo demuestran los detalles de las paredes y el techo donde corren amplias zonas en relieve simulando el techo y su sistema de soporte de madera. Cerca del primer grupo de tumbas hay un área sagrada con fogón y cazoletas, probablemente destinada a los rituales funerarios que precedían al entierro. Las domus 5, 6, 7 son de pozo ciego con antecámara y cámara. La cámara de la tumba 6 presenta un nicho rectangular decorado con ocre rojo, una banca sepulcral y un pilar. Se puede apreciar otras cazoletas en la roca por encima del segundo grupo de tumbas. La necrópolis data del Neolítico Tardío (cultura de San Michele, 3200-2800 a.C.), pero hay indicios de haber sido reutilizada durante el Bronce Antiguo (cultura de Bonnanaro, 1800-1600 a.C.). La domus más famosa de la cercana necrópolis de Corongiu también data de fines del Neolítico Tardío. Profanada desde tiempos inmemoriales, está constituida por un pozo ciego de acceso, una antecámara y una cámara. La pared de acceso a la cámara, por encima y a los lados de la puerta, presenta un ornamentado simbólico grabado y resaltado en rojo. La zona superior está decorada en el centro con un elemento vertical que se abre en la parte superior en dos espirales: la nariz y los ojos de la diosa madre, de acuerdo con la interpretación de los estudiosos. A los lados, en la parte inferior, una línea en zigzag limita a la derecha con un espiral y a la izquierda con dos círculos dobles. En la parte superior, a los lados de la doble espiral u ojos de la diosa, vienen representados dos motivos "a barca" con terminaciones espirales. Dos elementos verticales largos que se abren por encima y por debajo en dos espirales, adornan las paredes a los lados de la puerta. Historia de las excavaciones El lugar ha sido objeto de investigación arqueológica por Emerenziana Usai. Bibliografía E. Usai, "La cultura Ozieri a Pimentel e a Siddi", en [i]La cultura di Ozieri: problematiche e nuove acquisizioni. Atti del I convegno di studio[/i], Ozieri, Il Torchietto, 1988, pp. 217-222. E. Usai, "Pimentel (Cagliari) Loc. S'Acqua Salida", en [i]I Sardi. La Sardegna dal paleolitico all'età romana[/i], a cargo de E. Anati, Milano, Jaca Book, 1984, pp. 113-118.
Cementerio monumental de Bonaria
El cementerio monumental de Bonaria es una gran galería de arte al aire libre que recoge las esculturas de artistas sardos y de la península (Fadda, Sartorio, Sarrocchi, Galavoni) que trabajaron en Cagliari desde la segunda mitad del siglo XIX hasta las primeras décadas del siglo XX. Se aprecia una singular variedad de estilos, desde el neoclasicismo al realismo, pasando por el simbolismo hasta la modernismo.
Anteriormente el área fue utilizada como necrópolis, en la fase púnico-romana y paleocristiana. Antes de la instauración del cementerio, en Cagliari, se enterraba en las iglesias o en las zonas inmediatamente limítrofes, a menudo, con consecuentes problemas higiénicos.
Durante la epidemia del cólera, en 1816, fue necesario identificar con urgencia algunas áreas limítrofes a la ciudad para utilizarlas como lugar de sepultura urbano. El cementerio fue diseñado por el jefe del cuerpo de ingenieros, Luigi Damián, e inaugurado el 1 de enero de 1829. Apenas treinta años después de la inauguración, el cementerio ya se quedaba pequeño, por ello, se cede la gestión al arquitecto Gaetano Cima para diseñar una primera ampliación, a la que siguieron otras que llevaron a alcanzar la cima del cerro.
La entrada actual se encuentra en el ensanchamiento del cruce de la avenida Cimitero con la avenida Bonaria.
El cementerio se extiende a lo largo de las laderas del cerro calizo de Bonaria, área funeraria hasta la época romana.
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Mina de Ingurtosu
La mina se encuentra en un área de gran interés medioambiental.
Los filones de la mina de plomo-zinc fueron concedidos a la Sociedad Anónima Mines de Plomb Argentifère de Gennamari et Ingurtosu hasta varios pasos de propiedad. Se vivieron varios momentos de crisis, unidos también a periódicas crisis económicas internacionales y culminados por la Segunda Guerra Mundial para llegar, por fin, al traspaso en 1964 a la Sociedad Monteponi-Montevecchio, que cerró las instalaciones cuatro años después.
El pueblo se encuentra en un paisaje en el que las acumulaciones de los materiales de las descargas contribuyen a hacerlo definitivamente interesante y, a menudo, sugestivo, inlcuso por la morfología variable del territorio.
En el asentamiento principal, emerge el palacio de la dirección, el llamado “Castillo”, construido, aproximadamente, en 1870 por el ingeniero alemán Georg Bornemann. La fachada más importante, revestida de pieda y terminada por una secuencia de arcos colgantes bajo la cubierta, surge en el valle y muestra una forma compacta subrayada por ventanas de arco bíforas, dispuestas simétricamente en diferentes planos. A través de una breve galería de arco, se entra en la corte trasera, donde resaltan un balcón de madera de forma neogótica, sobresaliente, y los paramentos externos de ladrillo con un arriostramiento lineal, ambas características que resaltan, con evidencia, los orígenes nórdicos del diseñador.
La iglesa de Santa Barbara es una simple construcción en cabaña con un arbo trilobulado ciebo y con una entrada dominada por una luna que muestra huellas de una pintura deteriorada. El interior es decididamente más interesante y presenta tres naves con pilares de orden dórico y cubiertas por un techo plano con frescos y mármoles decorativos. Un poco más lejos, a los pies de la escalinata externa, está el monumento en forma de aguja de catedral neogótica que conmemora a uno de los propietarios, Lord Brassey, fallecido en 1919.
Castillo de San Miguel
También Cagliari se alza sobre siete colinas. Sobre el de San Miguel parece que los romanos habían erigido un templo al dios Esculapio. En la época bizantina, el culto pagano al patrón de la medicina fue sustituido por el culto cristiano a San Miguel. Así que no es casualidad que en lo alto de la colina, al final de una serie de curvas cerradas entre rocas tobáceas blancas y el verde de los agaves y las esencias mediterráneas, se construyeran un monasterio y luego una iglesia, ambos con el nombre del arcángel. Hoy se levanta allí arriba un castillo medieval, en excelente estado, que domina la ciudad, rodeado de un parque. Desde la cima, la vista se amplía 360 grados sobre toda la capital: las fortificaciones del barrio de Castello, el puerto, el Poetto, la Sella del Diavolo, la laguna de Santa Gilla. Verás la mansión, desde siempre centinela de la vía de acceso al Campidano, desde cada punto de la ciudad y sus alrededores, incluso a kilómetros de distancia.
Su estructura cuadrangular, realizada de piedra caliza de las canteras de Bonaria, tiene tres grandes torres angulares, dos más antiguas, al noreste y sureste, construidas con sillares perfectamente escuadrados, la del suroeste erigida más tarde con una técnica más tosca, más alta y sin base "en declive" como las otras dos. Están conectadas por cortinas de muros, en el occidental verás vestigios de la fachada románica del Oratorio de San Miguel Arcángel (siglos XII-XIII) y observarás dos entradas una al lado de la otra, indicativas de un edificio de dos naves que se convirtió en capilla del castillo tras incorporarse a él. Alrededor de un foso ancho y profundo, hoy como entonces se puede superar con un puente, quizás de las intervenciones piamontesas del siglo XVIII, que transformaron la antigua mansión en un fuerte moderno.
Los orígenes son controvertidos. Una sugerente hipótesis sitúa el nacimiento entre el final de la época bizantina y el comienzo de la era judicial (siglo X): una torre sola para defender la entonces capital Santa Igia. Luego, la estructura se completaría bajo los pisanos. Más razonablemente, los cimientos datan del siglo XII, después se reforzaron en el siglo XIII con las dos torres orientales. A lo largo del siglo XIV, el castillo de Bonvehì -llamado así en la época por su espléndida vista- recibió beneficios de varios soberanos. Era una fortaleza aragonesa y refugio de bandoleros que querían librarse de la justicia a cambio de una promesa de lealtad al señor feudal. Las autoridades de Cagliari impugnaron las acciones y el abuso de los privilegios concedidos por la Corona.
El último miembro de la familia que vivió como castellano fue la condesa Violante, maldecida por el clero por el asesinato de un sacerdote. En su honor, el castillo recibió el nombre "de la Condesa"; al parecer, su fantasma aún vaga por allí. Además de los espectros, no faltan tampoco los pasadizos subterráneos custodios de riquezas: está atestiguado un procedimiento acusatorio (siglo XVIII) a cargo de un sacerdote culpable de haber buscado un tesoro escondido en el castillo con ritos prohibidos, como la invocación del demonio y la recitación de fórmulas mágicas. El castillo reanudó sus funciones militares a finales del siglo XVIII. En 1793 vivió su último momento de gloria: equipado con cañones, defendió la ciudad de la invasión de las milicias napoleónicas. Las recientes obras de restauración y mejora han transformado la fortaleza en un moderno centro de arte y cultura, y la colina en un hermoso parque.
Maracalagonis
El pueblo de Maracalagonis está situado en la vertiente oriental del Campidano de Cagliari, a pocos kilómetros de la capital de la isla. Rodeado de colinas, su territorio se extiende hasta el mar e incluye las localidades de Geremeas, Baccu Mandara y parte de Torre delle Stelle. Con el macizo de los Sette Fratelli como telón de fondo, Maracalagonis ha estado habitada desde la antigüedad, como atestiguan los restos de nuragas, una necrópolis y la aldea de Cann'e Sisa. Su topónimo deriva probablemente del fenicio «hamara», en sardo «mara», que significa «pantano de agua salada», pero también podría proceder de otra palabra fenicia, «magar», que significa «cueva» o «granja». En la Edad Media, formaba parte de la curatoria de Campidano, en el Judicato de Calari. Fue en esta época cuando la iglesia de San Lussorio, hoy desaparecida, fue donada a los monjes benedictinos por Costantino Salusio di Lacon Gunale, juez de Calari. Desde 1416, el pueblo se conoce como Mara de Calagonis.
La iglesia parroquial de la Vergine degli Angeli merece una visita: construida en estilo románico con un tejado sostenido por un armazón de madera, fue consagrada en 1237 antes de ser remodelada a lo largo de los siglos siguientes. En las cercanías, las iglesias rurales de San Basilio y San Gregorio, hoy pertenecientes al municipio de Sinnai, están administradas por la parroquia de Maracalagonis. Las localidades costeras de Geremeas, Baccu Mandara y Torre delle Stelle también cuentan con magníficas playas de arena. Maracalagonis también es famosa por su producción artesanal de pasteles tradicionales, cestas, sillas y trajes típicos sardos de brocado. El 2 de febrero, el pueblo celebra la Candelora, que conmemora la presentación de Jesús en el templo: dos niñas del pueblo, conocidas como «damas patronas» o las priorisseddas, vestidas de la misma manera, son elegidas por la única mujer de la cofradía para entregar, durante la misa solemne, un par de tórtolas y al niño Jesús.
Mandas
El topónimo es probablemente de origen prelatín y y se atribuye al término "mandara", aún difundido en Cerdeña en muchas localidades, que significa "recinto para el ganado", conectado al latín mandra, del mismo significado. El territorio de Mandas ha estado muy poblado desde la época nurágica, gracias a la posición estratégica de paso obligado para ir al centro de la Isla, y gracias a la fertilidad de sus terrenos. Como testimonio de ello quedan los restos de más de 40 monumentos nurágicos. En la época medieval perteneció al giudicato de Calari y luego al Reino de Arborea. Finalmente, fue capital de un ducado hasta 1838.
La iglesia parroquial, del siglo XVI-XVII, recibe su nombre de S. Giacomo. En el pueblo también están las iglesias de San Cristobal, San Francisco, Santa Vitalia y San Antonio. En los campos se puede ver las ruinas de las iglesias de San Sisinnio, San Saturnino y Santa Cristina. Es interesante desde el punto de vista arquitectónico el Convento de S. Antonio, recientemente restaurado. Al lado se ha abierto el Museo Comunal Etnográfico Is Lollasa de is Aiaiusu, que reproduce en dos casas campesinas típicas los ambientes de la vida rural cotidiada de siglos pasados.
Entre los 40 monumentos nurágicos conocidos en el territorio de Mandas, destaca el conjunto de Su Angiu, en restauración, con una barquilla de bronce hoy expuesta en el Museo Arqueológico Nacional de Cagliari. También es interesante la tumba de gigantes de "S'Arruina de su Procu", de la misma época. La zona de Mandas es rica en motivos paisajísticos, con la ribera nororiental del Lago Mulargia y muchos desfiladeros por los que corren limpios arroyos temporales.
Así se puede visitar el parque de Acqua Bona, un punto de descanso. Mandas fue durante mucho tiempo una articulación ferroviaria para la línea que, partiendo de Cagliari, se bifurcaba a la altura de este pueblo, dirigiéndose hacia Mandrolisai y hacia Ogliastra. Hoy esta línea está anulada, pero en verano y durante las festividades las Ferrovías de Cerdeña organizan excursiones interesantes y agradables por los antiguos trayectos ferroviarios sardos, con bonitos panoramas. En este tramo viajó en 1921 el escritor inglés D. H. Lawrence (autor de "El amante de Lady Chatterly") con su esposa, en un itinerario por la isla que se refleja en el libro "Sea and Sardinia". Se alojó en una pensión cerca de la estación de Mandas.