Arena muy fina e inmaculada, fondo límpido, agua hasta los tobillos por decenas de metros, colores turquesa y celeste del mar que se confunde con el cielo, un panorama sugestivo ofrecido por las torres del entorno. Entre los farallones de Cabo Falcone, la isla Piana y Asinara, que protegen del ímpetu del mar, surge la plaza de la Pelosa: un paraíso tropical que les hará sentir como en una película. Los turistas de todo el mundo, después de la visita, definen así un cuadro perfecto en el cual participan elementos naturales e históricos. Durante la permanencia en el norte de Cerdeña es obligatorio hacer una etapa en la playa-icono de Stintino, reconocida universalmente como una de las más hermosas de Europa.