Piedras megalíticas y fuerzas magnéticas, una asociación multimilenaria que aún hoy se siente, caminan entre los lugares donde surge la herencia de la prehistoria, domus de Janas, dolmen y menhir, nuraghi y tumbas de Gigantes, se captan sugerencias particulares y una sensación de misterio. A estas piedras antiguas también se les atribuye una poderosa fuerza que, según se dice, influye en el cuerpo y el alma y genera bienestar. En Palau, por ejemplo, la tumba de Li Mizzani atrae a muchos visitantes que vienen aquí a cargarse de energía positiva, al estar en contacto con las enormes piedras de la exedra y del cuerpo funerario. También es el caso del espectacular s'Ena 'e Thomes de Dorgali y en muchos otros sitios nurágicos diseminados por la Isla y que, según la antigua creencia popular, se cree que son fuentes de flujos magnéticos transmitidos por las grietas del granito.