Surge en una profunda dolina creada por un sumidero en el corazón del monte del mismo nombre, en la frontera entre el Supramonte de Oliena y Dorgali. El poblado nurágico de Tiscali, construido a lo largo de las paredes de la dolina e invisible hasta que se llega al interior de la cavidad, se compone de dos aglomeraciones de cabañas de diferentes tamaños, que datan de un largo periodo entre los siglos XV y VIII a.C. Sus orígenes son misteriosos: la técnica de construcción es diferente de la aplicada en otros sitios nurágicos. Es probable que el lugar fuera frecuentado en la época prenurágica, seguro que luego fue repoblado entre los siglos II y I a.C. y habitado durante mucho tiempo, quizá hasta la Alta Edad Media.
Se llega a la primera aglomeración a través de una amplia abertura en la pared rocosa: al norte, cuarenta cabañas circulares de piedra construidas en pendiente, lo que sugiere la existencia de terrazas (posteriormente derruidas). El segundo complejo se encuentra en el lado suroeste y consta de unas treinta viviendas cuadradas o rectangulares. En el centro de la cavidad podrás admirar un bosque milenario de encinas y lentiscos. La particular ubicación y los sistemas de recogida de agua sugieren que los habitantes se refugiaban en el interior incluso durante largos periodos: tal vez la aldea fuera el último baluarte defensivo contra las incursiones de los invasores en época romana.
Tiscali es una de las metas más famosas de los excursionistas en Cerdeña. Para llegar a la dolina, en cuyo centro hay un gran ventanal con vistas al valle de Lanaittu, hay que afrontar un trekking intenso de unas dos horas. El contexto agreste constituye una ruta evocadora para descubrir un valle escondido en las entrañas de la Isla. Llegando desde Dorgali, la ruta, señalizada con carteles y flechas en las rocas, serpentea por el valle de Surtana y la garganta de Doloverre hasta la ascensión al monte Tiscali. El territorio de Dorgali y Oliena es un parque arqueológico al aire libre. Tampoco hay que perderse el poblado-santuario de Serra Orrios, compuesto por un centenar de cabañas, dos pequeños templos y enterramientos megalíticos, el complejo de Arvu, la "fundición" de Carros, así como decenas de domus de Janas, menhires, tumbas de Gigantes y otros nuraghi, entre ellos el Mannu, que domina un relieve basáltico en el centro del golfo de Orosei. En las cuevas de Corbeddu e Ispinigoli se han encontrado vestigios humanos que se remontan al Paleolítico. Para completar el recorrido arqueológico, está el Civico museo archeologico di Dorgali (Museo Arqueológico de Dorgali), dedicado a testimonios de todo el territorio.