La Cala Grande en el Valle de la Luna conforma este pequeño valle de unos 500 metros, con grandes masas de granito creadas por el clima. Entre los acantilados surgen calas escondidas, de un mar de aguas verdes y cristalinas, un lugar mágico por el gran contraste del color dorado de las rocas y el verde brillante de la mancha mediterránea, con madroños, mirtos y brezo.