Las antiguas catedrales de Baronìa y Barbagia

Las antiguas catedrales de Baronìa y Barbagia

Un recorrido para descubrir paisajes de intensa belleza, tradiciones arraigadas y monumentos románicos, antaño obispados del centro-este de Cerdeña

San Pedro de Galtelli, San Juan de Orotelli y San Nicolás de Ottana

Descubrir paisajes de intensa belleza e interesantes monumentos románicos: desde Galtelli, con raros frescos en la Iglesia de San Pedro, pasando por San Juan de Orotelli, hasta Ottana, donde se erige la antigua catedral de San Nicolás.

Recorrido: 71,7 km
Tiempo de viaje en coche: 1 h 15 min

San Pedro, Galtelli

La Iglesia de San Pietro debe su importancia a sus frescos del siglo XIII. El grupo de pinturas se organiza en recuadros sobre dos órdenes y representa escenas sacadas del Antiguo Testamento: en la fachada interior es posible reconocer el Juicio Universal. En la pared izquierda desde la entrada, hay pinturas de artistas de Umbria y Lazio, tesoro de la pintura medieval en Cerdeña. El edificio de una sola nave (anterior al siglo XI), actualmente comprendido en el Parque Deleddiano, fue la catedral de la diócesis de Galtelli.

Galtellì

Pueblo medieval de la Baronìa, en el centro-este de Cerdeña, construido de piedra, auténtico, fascinante y extraordinariamente devoto

San Juan, Orotelli

La Iglesia de San Juan, construida con piedra volcánica y ladrillos, fue la catedral hasta que se terminó la fábrica de San Nicolás de Ottana (1160). El aula con cubierta de madera era de una sola nave hasta el siglo pasado, cuando se añadieron naves laterales. Cabe mencionar el campanario, con esculturas que representan animales.

San Nicolás, Ottana

La antigua catedral es un edificio de piedra volcánica consagrado en 1160 por el obispo Zacarías. La planta tiene una sola nave, con cubierta de madera y transepto con bóveda de crucería. Todas las superficies de la construcción están divididas verticalmente por lesenas y pequeños arcos. La fachada se divide en tres órdenes y está adornada por la alternancia de piedra volcánica clara y oscura y la inserción de cuencos de cerámica. El interior contiene dos artefactos importantes: un púlpito con capiteles románicos y la famosa "Pala de Ottana", una pintura al temple sobre tabla de madera con fondo de oro. La obra se atribuye al Maestro del Temple Franciscano, pintor de la escuela de Lorenzetti activo en Nápoles entre 1330 y 1345.