Según los turistas de todo el mundo, cinco de las diez playas más bonitas de Italia se encuentran en Cerdeña, sus ‘joyas’ costeras dominan la clasificación nacional redactada según la calidad y cantidad de reseñas en la web por los turistas que la han visitado
Cala Mariolu y Cala Goloritzè son las joyas de la parte meridional del golfo de Orosei, rincón de Mediterráneo donde la naturaleza ha expresado lo mejor de sí misma. La más amada entre las playas sardas es Cala Mariolu, hecha de piedrecillas redondas, blancas y rosas, mixtas de arena. El nombre deriva de la foca monje llamada ‘mariolo’ (ladrón) porque se dice que ‘robaba’ el pescado de las redes. Le sorprenderá más por las tonalidades de azul, celeste y verde esmeralda y por los guijarros que parecen copos de nieve. Los acantilados de alrededor se precipitan hacia el agua desde 500 metros de altura: podrá llegar por mar o con un trekking (con expertos) entre la espesura verde mediterránea.
La otra perla de Ogliastra Cala Goloritzè, en la costa de Baunei, ofrece un escenario de fábula: se insinúa armoniosamente entre un bosque de madroños y encinas y dos monumentos naturales, Perda Longa y l’Aguglia, ‘pirámide’ de cien metros de altura. Sus piedrecillas blancas lisas se introducen en aguas trasparentes y turquesas, que derivan de fuentes kársticas submarinas, alrededor de rocas de mármol modeladas por el tiempo: es el paraíso del climbing. Podrá llegar con un trekking largo pero agradable.
Un paraíso de película en el extremo noroeste. La Pelosa es una obra de arte: está compuesta de arena muy fina e inmaculada, fondos límpidos y muy bajos durante decenas de metros, mar turquesa y celeste que se confunde con el cielo, panorama sugestivo ofrecido por las torres de alrededor. La playa-icono de Stintino está protegida por el ímpetu del mar abierto gracias a farallones de Capo Falcone, isla Piana y Asinara: sus aguas, gracias a la barrera natural, están siempre calmas. Alrededor muchos enebros, que dentro de un contexto caribeño le recuerda que está en Cerdeña. Enfrente verá una isla con una torre aragonesa, es el símbolo de la Pelosa, etapa obligada de sus vacaciones en el norte de Cerdeña.
Observándola desde arriba de una torre que vigila el litoral de Villasimius, quedará deslumbrado: una extensión blanca con velos dorados de arena muy fina, impalpable, se introduce entre el mar turquesa y la laguna de Notteri, hábitat de los flamencos rosa. En posición opuesta a la Pelosa, en el extremo suroriental, se encuentra Porto Giunco, un oasis creado por un artista de excepción, la naturaleza, que ha inspirado diferente anuncios publicitarios. Alrededor eucaliptos y vegetación mediterránea perfuman el aire de una ensenada defendida de los vientos. Tendrá la sensación de estar en un lugar fuera del mundo, emblema del área marina de Capo Carbonara.
Centenares de metros de mar cristalino y granillos redondos de cuarzo muy fino, como si fueran granos de arroz, en una sugestiva escalada de colores, del verde al blanco, pasando por el rosa. Is Arutas es una de las joyas del área marina de la península del Sinis, en el territorio de Cabras, playa ideal para quien ama relajarse, quinta entre las playas sardas. No se olvide la máquina de fotos y la máscara de buceo: sus aguas adquieren tonalidades que van del verde intenso y celeste al azul, mientras que la limpidez del fondo le permitirá una clara visión de la vida submarina: peces que se le acercarán tímidamente y podrá descubrir tesoros naturales sumergidos.