Fordongianus
En el territorio del Barigadu, a lo largo de la ribera izquierda del valle del Tirso, Fordongianus debe su nombre a la antigua Forum Traiani, que fue la más importante ciudad romana en el interior de la Isla. El poblado, de fundación republicana tardía, fue constituido por Trajno como centro de mercado entre las comunidades del interior y las poblaciones romanizadas del interior del golfo de Oristano. Las casas del centro, de piedra roja y gris, reflejan la riqueza de las cuevas de traquita presentes en la zona. Una de las viviendas mejor conservadas es casa Madeddu, la antigua Casa Aragonesa de inicios del siglo XVII, con portales y ventanas de estilo catalán.
No muy lejos de la Casa Aragonesa está la parroquia de San Pedro Apóstol del siglo XVI en traquita roja, cuya fisonomía se debe en gran parte a reconstrucciones de época moderna. En las riberas del río están las Termas Romanas, que datan del siglo I D.C, y tras un larga restauración hoy se pueden visitar. En varios niveles, las antiguas "Aquae Ypsitanae" cuentan con dos edificios, y en uno de los cuales se conserva aún una piscina rectangular con agua a una temperatura de casi 54 grados procedente de los manantiales termales. A pocos kilómetros del pueblo se levanta la pequeña iglesia campestre de San Lussorio, construida por los monjes Vittorini hacia el 1100 en una cripta paleocristiana. Los restos de las antiguas termas envueltas por el vapor crean un escenario realmente inolvidable.
Además de la iglesia románca de San Lussorio, vale la pena visitar las cumbessias o muristenes que se encuentran cerca de la iglesia, lugares ideales para acoger a los peregrinos, con su ubicación planimétrica típica de los recintos sacros de la cultura nurágica. Durante la fiesta dedicada al patrono del pueblo San Lussorio, del 20 al 30 de agosto, las cumbessias se animan con gran cantidad de público. En agosto, en la Casa Aragonesa, se celebra una muestra dedicada a los productos artesanales locales.
Torralba
Torralba es un centro agrícola del territorio del Meilogu. El pueblo se ubica en una zona de colinas rodeado por valles y dominado por dos relieves, en uno de los cuales se levanta la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol. El territorio rico en manantiales y torrentes ha facilitado su antropización desde tiempos lejanos. Con el paso de los siglos se ha alternado varias culturas. Los primeros testimonios datan del Neolítico, como demuestran las domus de janas de Su Siddadu y de Santu Jorzi y las de Nughedu situadas debajo del altiplano de San Pedro de Sorres. Aún así, el periodo de mayor importancia para Torralba es el nurágico. En su territorio encontramos unos 30 monumentos nurágicos y una decena de tumbas de los gigantes. Esta concentración de muetras arqueológicas le ha conferido el apelativo de "Valle de los Monumentos Nurágicos", y el más importante es la Morada Nurágica de Santu Antine, el conjunto nurágico más imponente de toda Cerdeña después del de Barumini. Son muchos los testimonios de la colonización romana que estimuló la fuerte vocación agrícola del territorio. En la edad del giudicato, Torralba formaba parte de la curadoría de Cabu Abbas en la diócesis de Torres. Tras la conquista aragonesa se convirtió en sede del marquesado. Los primeros testimonios relacionados con el centro poblado datan del periodo medieval, tal y como demuestra la cartografía más antigua según la que el pueblo estaba cerca de la iglesia de Santa Maria, de la que no existe más rastro alguno. Sus orígenes medievales también se reflejan en algunas construcciones del centro histórico. Junto a las casas están los tradicionales asientos de piedra, "pezzas" y gracias fuentecillas. Las antiguas callejuelas están pavimentadas con piedra.
Torralba es famoso por la presencia de la Morada nurágica de Santu Antine, una de las más importantes del Mediterráneo occidental, una imponente costrucción megalítica, con una altura de unos 17 metros que domina todo el Valle de los monumentos nurágicos. El monumento es una fortaleza-castillo única, con una torre central de tres plantas, la parte más antigua del monumento nurágico, alrededor del cual se encuentra un bastión de forma trinagular con tres torres. Alrededor de la morada se encuentran los restos de un pueblo nurágico habitado en la edad romana. Hoy, el complejo arqueológico aloja al Museo del Valle de los monumentos nurágicos del Logudoro-Meilogu que reúne restos de la Morada y del Valle de los monumentos nurágicos, muestras y una sección etnográfica que conserva objetos de la artesanía y la cultura local. El antiguo poblado de Torralba surgió cerca de la iglesia de Santa Maria. Hoy esta iglesia ya no existe, pero fue edificada en 1615 en estilo gótico renacentista la nueva iglesia parroquial de San Pedro Apóstol. La iglesia es de piedra calcárea y en su interior conserva un altar de madera con las estatuas de San Pedro, San José y San Sebastián, una fuente bautismal de piedra calcárea y un retablo del siglo XVIII que une dos tablas de un artista sardo del siglo XVI. La iglesia de Nuestra Señora de Cabu Abbas, edificada en estilo románico-pisano entre el siglo XII y XIII, está en la calle para el monumento nurágico de Sant'Antine. El edificio está construido con sillar de calizo blanco exteriormente, y en el interior se usó la piedra traquítica. En la fachada, en el centro del tímpano, se puede admirar una extraña escultura antropomorfa que representa una divinidad paleocristiana. Torralba conserva testimonios de un pasado antiquísimo, y sus platos típicos conservan un sabor de antaño. Sobre todo no hay que dejar de probar el pan de Torralba, la famosa "fresa" o "pane carasau", a menudo preparado con harina oscura, sa fresa niedda, cocido en el horno de leña para cortarse en dos partes y colocarse nuevamente en el horno para convertirse en "bizcochado". El "pane untinadu" se prepara para Epifanía: en el pan se gotea la grasa de las salchichas hasta que absorbe todo el sabor de la carne. En dulces destacan las "mantogadas", trenzas de haria y manteca de cerdo preparadas con jarabe de azúcar y limón. las "casadinas" con relleno de queso ácido, perejil y uva pasa, y "sa gozzula de s'ou", trenza de pasta de sémola o de uva pasa y un huevo entero en el centro.
Museo de la Tonnara - Stintino
El museo se encuentra en Stintino, en un edificio construido en 1995, cuyo tema principal es la llamada tonnara (red de atún). El museo está dividido en 6 cámaras, como una auténtica tonnara: camera grande (la cámara grande), camera bordanello, camera bordonaro, camera bastardo, camera di ponente (cámara del atardecer) y camera della morte (cámara de la muerte). El edificio, que gira en torno a una tonnara reconstruida para asemejarse a una de las muchas tonnares que existieron en Stintino hasta la década de 1970, es una estructura modular muy original diseñada para ser móvil. Mientras que el exterior recuerda la arquitectura de las casas tradicionales de Stintino en Les Salines, cerca del pueblo, el interior está dedicado a la pesca.
Los visitantes realizan el mismo viaje que el atún, desde la 'gran cámara' a la 'cámara de la muerte', y se les muestran los aspectos económicos, humanos y psicológicos de la vida en la tonnara. En la Camera bordanello se puede ver una red de la tonnara, conocida como la 'isla' y utilizada cada año durante la temporada de la 'grande mattanza' (matanza), objetos originales utilizados durante la 'madrague Saline', maquetas de la tonnara, barcos de su flota y objetos religiosos dedicados a la protección de la pesca y que pertenecieron a la iglesia de la tonnara. En la Camera bordanello, se analizan los aspectos biológicos del atún, con indicación de las rutas del atún en el Mediterráneo y la ubicación de la tonnara a finales del siglo XIX, En la Camera bordonaro, la historia y la organización de las almadrabas del Golfo de Asinara, y en particular la almadraba Saline, se ilustran con cuadernos de bitácora y documentos de archivo, y una película muestra las diferentes etapas de la transformación del atún.
La Camera bastardo explica la historia de la pesca del atún. La Camera di ponente expone imágenes de la tonnara tomadas por artistas contemporáneos, así como fotografías de la almadraba salinera desde finales del siglo XIX hasta 1970 (cuando se cerró). El museo muestra los colores y las imágenes que acompañaban esta solemne liturgia, que terminaba con la muerte del atún y el júbilo de los atuneros. Este museo pretende contar la historia de todos los que trabajaron en la pesca del atún, desde los armadores hasta el Rais, pasando por los estibadores y los atuneros. Lo más interesante del museo es sin duda la vasta colección de fotografías y pinturas que ilustran la tonnara desde finales del siglo XIX, así como objetos de época de uso cotidiano utilizados por los chiourme en la almadraba de Saline, y recuerdos relacionados con la historia de las almadrabas del Golfo de Asinara, y más concretamente de la almadraba de Saline.
Capo Pecora
La playa de Capo Pecora en la Costa Verde, en la costa oeste de Cerdeña, se muestra como una cala plácida de un tono cristal verde claro.
El fondo del mar está cubierto de algas, lleno de vida marina, y la playa, rodeada de arbustos de vegetación mediterránea, tiene una arena gruesa dorada y gris.
La cala está rodeada por rocas que ofrecen unas vistas impresionantes. No olvides tu cámara para capturar la belleza del entorno. Si lo tuyo es el snorkeling o la pesca submarina, descubre las maravillas del fondo marino.
Si Capo Pecora ha robado tu corazón, te encantará las otras playas de la Costa Verde: bánate en el mar de Scivu, Torre dei Corsari, Portixeddu, Piscinas y Marina di Arbus, para no perderte su melodía de colores entre el verde de la mancha mediterránea, las playas de arena dorada y el agua azul cristalina.
S'Arena Scoada
S'Arena Scoada está en la localidad de su mismo nombre, en el municipio de San Vero Milis. La playa tiene un lecho marino de arena blanca muy fina, alternada con pequeños fragmentos de cuarzo multicolor, piedras y rocas pulidas. Se extiende desde Punta S'Incodina hasta Putzu Idu, alternando con pequeñas calas con tramos de roca calcárea. Las vistas que se abren hacia la isla de Mal di Ventre y la punta de Capo Mannu son increíbles. La peculiaridad de esta parte del litoral es la presencia de rocas formadas por un tipo de calcárea mezclada con arcilla, que los bañistas suelen aplicarse en la piel. Su aguas poco profundas y de suave pendiente hacen que la playa de S'Anea Scoada sea perfecta para que los niños jueguen tranquilamente.
Tome la SP 7 en dirección a Putzu Idu, después continúe por la SP 66 durante unos diez kilómetros. Antes de Putzu Idu, gire a la izquierda y siga las indicaciones.
Hay un gran aparcamiento y un bar. La playa es muy frecuentada por windsurfistas y kitesurfistas.
Funtanazza
Funtanazza está en la localidad que lleva su mismo nombre, en el municipio de Arbus. La playa, en la bonita Costa Verde, tiene un lecho marino de arena clara de grano mediano y surgen algunas rocas oscuras. La playa se caracteriza por su amplia orilla y sus aguas poco profundas, lo cual permite que los niños jueguen tranquilamente en la playa o en el agua. Se obtiene un efecto cromático llamativo de la mezcla de colores: el dorado de la arena, la oscurida de las rocas y el azul profundo del mar.
Samugheo
Samugheo se encuentra en medio de las colinas de Mandrolisai, que albergan numerosos yacimientos arqueológicos, como la domus de janas de Spelunca Orre, la 'Tumba de los Gigantes' de Paule Luturu, el nuraghe de Perda Orrubia y un sepulcro judaico en Pranu 'e Laccos. Además, el pueblo es tan famoso por sus tejidos artesanales y su pan que sus productos han obtenido la Denominación de Origen Controlada.
También merece la pena visitar el Museo único Regional de Arte Textil (MURATS), donde se pueden contemplar antiguas alfombras, tapices y mantas confeccionadas en telares de madera. Además, muchos de los murales de la ciudad representan alfombras.
En Riu Araxixi, un desfiladero rocoso excavado en el mármol, son especialmente evocadores los restos del castillo de Medusa, de época bizantina.
La iglesia principal está dedicada a San Basilio, el santo patrón que libró milagrosamente al pueblo de la peste en el siglo XVI. Pero también son muy bonitas las iglesias rurales de San Sebastiano y San Mari di Abbassa, sobre todo esta última, construida sobre un antiguo templo pagano.
Los aficionados a la espeleología también encontrarán mucho que disfrutar en la zona de Samugheo, con varias cuevas entre las que elegir: Sa conca 'e su Cuaddu, en el valle de Riu Settilighe; Grotte de l'Aigle, a la que sólo se puede acceder con cuerda y escalera; y el Buco della Chiave, con forma de reloj de arena.
En octubre se celebra la fiesta del pan, elaborada con técnicas tradicionales.
Santa Caterina di Pittinuri
La playa está en una pintoresca ensenada entre Punta Cagaragas y el monte de la torre Pittinuri, entre paredes rocosas calcáreas muy claras. Es una de las playas más famosas de Oristán, realzada por la presencia de cuevas y grietas de excepcional belleza. La playa tiene un lecho marino de arena amarilla rojiza bastante fina, intercalada con rocas de diversas formas y tamaños y piedras multicolores. Al ser poco profundas y tranquilas, sus aguas son perfectas para que los niños se bañen y jueguen.
Solarussa
Solarussa es un conocido pueblo agrícola del Campidano d'Oristano, a lo largo del valle del Tirso. Los primeros asentamientos humanos en esta zona se remontan a la época nurágica. Todavía se conservan restos de nuragas en los alrededores del pueblo. Estas tierras ricas y fértiles atrajeron a las tribus púnicas de la vecina Tharros y, más tarde, a los romanos, que hicieron de Solarussa una etapa en la vía Tharros - Forum Traiani, que unía la antigua ciudad romana de Tharros con la actual Fordongianus. El nombre de Solarussa parece derivar del color rojo del suelo local. Cerca del pueblo se encuentra una zona conocida aún hoy como 'Terra Arrubia' (que significa tierra roja), que se cree que dio nombre al pueblo por el color de su suelo, relacionado con su gran fertilidad.
Su trazado urbano es típico de los pueblos agrícolas del Campidano. En Solarussa, la distinción entre clases sociales era antaño muy fuerte, más que en otros pueblos del Campidano. Las casas de los terratenientes eran bellas y elegantes, con balcones de hierro forjado y una gran puerta con el escudo familiar. La 'Casa Sanna' es un ejemplo perfecto de esta arquitectura. Las casas de los labradores, en cambio, eran de adobe. El tejado era de teja por fuera y de orri por dentro. Los aseos de las casas de los labradores se situaban generalmente fuera de la casa, y casi siempre cerca del establo. Solarussa ofrece muchas posibilidades de visita. Su historia y la presencia de los romanos han dejado huellas imborrables de interés para los aficionados a la historia y la arqueología. Al pie de la pequeña colina donde se alza la iglesia de San Giorgio, se pueden ver ruinas romanas y un pozo atribuido a la misma época. También merece una visita la hermosa iglesia de San Pietro Apostolo, construida a finales del siglo XVII en estilo gótico flamígero. Alberga dos pinturas de Pietro Angeletti y varios objetos religiosos de plata. Importante es la iglesia de las Animas: la nave con bóveda de cañón, las cornisas a lo largo de los muros y los pilares son elementos decorativos encantadores, al igual que el altar revestido de mármol policromado, el púlpito de madera y la gran cornisa a la entrada de la sacristía. La viticultura es una actividad importante, en la que Solarussa ha adquirido especial renombre por la producción de vernaccia. Las actividades agrícolas y las bodegas se remontan a la época romana, pero hasta la primera mitad del siglo pasado, los artesanos también producían ladrillos de barro y tejas. La producción tenía lugar en Bangius e Cu'e Forru, al sur del pueblo, situado según documentos antiguos en la frontera con el pueblo de Bidda Longa o Villalonga, que fue destruido por la peste en el siglo XIV. Un paseo por las calles del casco antiguo del pueblo permitirá admirar las pinturas murales creadas gracias a una iniciativa del ayuntamiento en 1995 y la escultura de Luigi Taras junto a la iglesia delle Grazie.
Abbasanta
Situada en la región de Barigadu, cubierta por un espeso bosque natural, Abbasanta se alza en el corazón de Cerdeña, sobre una meseta basáltica que lleva su mismo nombre. Esta posición privilegiada, reconocida como tal en la antigüedad, le valió en tiempos de los romanos el nombre de Ad Medias Acquas. El nombre de Aba Sancta se menciona por primera vez en el siglo XII en las Rationes Decimarum Sardiniae, el registro eclesiástico de pagos de diezmos. Sin embargo, los primeros asentamientos humanos son mucho más antiguos, como demuestran el dolmen de S'Angrone, el pozo sagrado de Calegastea y la tumba del gigante de Sos Ozzastros. Cerca de Abbasanta se encuentra uno de los nuraghi más grandes y conocidos de Cerdeña (sobre todo por su proximidad al principal enlace norte-sur, la SS 131). Se trata del nuraghe Losa, que pasó por varias fases de construcción a partir del 1500 a.C. aproximadamente.
También merece la pena desviarse a los alrededores: en Tanca Regia, famosa por la cría de caballos, hay bosques de alcornoques centenarios de especial valor paisajístico. También está el pequeño pueblo de Sant'Agostino, que creció en torno a la iglesia del mismo nombre. Alrededor de la iglesia hay algunos edificios típicos, conocidos como muristenes, utilizados para alojar a los fieles durante la celebración de los santos. En la actualidad, el pueblo alberga casas tradicionales de piedra basáltica oscura. En el centro del pueblo, sin embargo, la iglesia de S. Caterina, del siglo XIX, ostenta una arquitectura de estilo renacentista. No lejos de Abbasanta se encuentra otro importante monumento nurágico, pero que ya forma parte de la zona de Paulilatino: la fuente sagrada de S. Cristina, a la que pertenecen un pequeño caserío y la iglesia de S. Cristina. Cerca de esta iglesia se encuentran también los edificios muristenes. El queso de leche de vaca conocido como casizolu es un producto de calidad «slow food» de Abbasanta.