Sa Stiddiosa
"Ángulo de paraíso", "paisaje tropical", "una cascada única", "nunca visto nada igual", "una experiencia fantástica", "un encanto", "pura magia", "un trozo de Cerdeña para llevar en los ojos, en el corazón y en la piel para siempre". Éstos son los comentarios de los visitantes de sa Stiddiosa, obra maestra de la naturaleza a lo largo del curso del río Flumendosa, que cae en el territorio de Gadoni, del que dista quince kilómetros, justo en la frontera con el de Seulo, pueblo a unos ocho kilómetros de la maravillosa y singular cascada.
El nombre significa literalmente "goteo" y deriva de is stiddius, es decir el efecto de las gotas de agua que caen y, en este caso, crean una cascada. De hecho, más que una cascada es una llovizna, un grueso hilo que cae en cascada desde un manantial kárstico. Las gotas caen en cascada por una imponente pared rocosa lisa, perpendicular al lecho del río, caracterizada por enormes concreciones calcáreas -depositadas por el flujo continuo de agua- y ampliamente cubierta de plantas hidrófilas, especialmente el culantrillo. El agua del manantial se divide en mil riachuelos desviados por concreciones y vegetación, el resultado es la espesa llovizna, que cae con un denso "goteo" en invierno y "calma" en verano. Termine la caída en un estanque de agua verde esmeralda al borde de la orilla derecha del río, donde si hace buen tiempo podrás bañarte mientras contemplas el espectáculo.
La pared goteando es un lugar virgen y salvaje a 300 metros de altitud, inmerso en el estrecho valle del Flumendosa cubierto de bosques de encinas. Para llegar hasta allí, recorrerás un largo tramo de camino de tierra y, después de aparcar el coche, continuarás a pie -con zapatos de trekking- durante aproximadamente un kilómetro cuesta abajo por un camino de herradura excavado en la ladera del valle entre madroños y phillyrea. Abajo corre lentamente el río, cerrado por una represa que forma el lago Flumendosa. El recorrido es un poco cansador, sobre todo en la subida, pero vale la pena. Al final de la bajada te aparecerá delante sa Stiddiosa en toda su belleza.
Otros mágicos paisajes de agua caracterizan Seulo, un hospitalario pueblo de montaña. El monumento natural más famoso es su Stampu 'e Su Turrunu, un fenómeno único que comprende un sumidero, una cueva y un manantial con cascada y lago, enclavado en el denso verdor del bosque de Addolì, en la frontera con Sadali. Mientras que en is Caddaias, compartido con el territorio de Gadoni (donde se les llama sa Pischedda), las rocas, modeladas por el río Flumendosa -que atraviesa nada menos que 27 kilómetros del territorio de Seulese- aparecen como grandes estanques de los que fluyen rápidos. Forau Murgia es otra hermosa piscina natural en medio del bosque creada por el río que también realiza varios saltos, generando las cascadas de Piscina 'e Licona. El flujo del agua ha excavado a lo largo de milenios cuevas kársticas, que han estado habitadas desde la prehistoria. El agua y el viento se dieron el gusto de modelar los contornos de s'Arcu 'e su cuaddu, un dolmen natural, bajo el cual se encuentra una domu de Janas. Entre otros tesoros arqueológicos destacan tres nuraghi, dos cercanos: el menor su Nuraxeddu, y el mayor su Nuraxi 'e Pauli y un tercer nuraghe Ticci con restos de una gran aldea. Seulo es conocido como el pueblo de s'orrosa 'e padenti, es decir la rosa peonía, que con los primeros calores de la primavera, pinta de rojo y amarillo las escarpadas laderas del monte Perdèdu, que domina el pueblo. En abril podrás contemplar la hermosa escenografía de Sa Funtana 'e su predi.
Sabores de pan, tradición y aroma
Se ha hecho así desde el principio de los tiempos: harina de trigo duro trabajada a mano con agua y sal, fermentación lenta con masa madre de elaboraciones anteriores, cocción en horno de leña. Los mismos gestos e ingredientes, pero una infinidad de formas, sabores y usos. En el pasado, la elaboración del pan era periódica, en función de las necesidades y las posibilidades económicas de las familias. El pan era horneado por mujeres según procedimientos que han sobrevivido durante siglos hasta nuestros días. En las fiestas y celebraciones también se preparaban panes "especiales". La elaboración era (y es) un auténtico ritual comunitario: el trabajo implica a la señora de la casa, a las hijas y a todas las mujeres de la familia, a menudo incluso a las del barrio. El trabajo comenzaba al amanecer y constaba de varias etapas: la preparación de la masa, la elaboración de los moldes y la cocción se encomendaban a tres grupos de mujeres, cada uno con habilidades específicas. Para la decoración se requería la máxima especialización. Descubre la historia de la elaboración del pan y las múltiples producciones en muchos museos del pan diseminados por toda Cerdeña, en Arzachena, Borore, Monteleone Roccadoria, Olmedo (donde todos los años se arma un belén de pan), Pompu, Sanluri y Siddi.
En excursión a pocos pasos de la ciudad
La isla es un mundo infinito para explorar en excursión. Una oferta ampliamente incluida en la Red de excursiones de Cerdeña (RES), diseñada para todas las categorías de trekker, desde el principiante hasta el más experimentado, que lleva al descubrimiento del territorio. Nunca hay que subestimar el esfuerzo: aún las rutas técnicamente fáciles y físicamente poco exigentes requieren tiempo y atención. El esfuerzo se verá recompensado con experiencias inolvidables. Empezando por recorridos cortos en parques urbanos o cerca de las ciudades, a menudo relacionados con la observación de la fauna: Monte Urpinu, Jardín Botánico, parque de Molentargius-Saline y Sella del diavolo en Cagliari, el monte Ortobene en Nuoro, en particular el tramo que va desde la iglesia de la Solitudine hasta la estatua del Redentor, el parque de Monserrato en Sassari, el tour a los manantiales en Tempio Pausania y el parque Aymerich en Laconi, un lugar de gran interés paisajístico e histórico gracias al castillo medieval en su interior. El parque limita con el bosque Funtanamela, 500 hectáreas de encinas y arbustos altos del Mediterráneo, donde viven en libertad los ciervos sardos y los caballos sarcidanos: aquí los recorridos rememoran las antiguas rutas de trashumancia entre Barbagia y Campidano.
Trekking en la Cerdeña más salvaje y secreta
Acantilados con vista al mar, cañones, grutas, cascadas. Las rutas de senderismo más famosas de Cerdeña se desarrollan a lo largo de varios días a través de zonas arduas y desiertas, a menudo reservadas para senderistas expertos. Los trekking clasificados por EEA requieren una evaluación cuidadosa de la capacidad y la condición física, la verificación del clima, el equipo adecuado y las posibilidades de comunicación. La señalización y el marcado de los senderos no siempre son precisos, a veces son esquemáticos, por lo que el acompañamiento de guías es indispensable. Una excursión desafiante pero inimitable pasa por los picos del Gennargentu y llega a punta La Marmora (1834 metros). El nombre rinde homenaje al cartógrafo y general piamontés del siglo XIX, autor de mapas y obras científicas dedicadas a Cerdeña. Marchando en el Gennargentu admirarás el panorama de la costa este y podrás avistar muflones y águilas reales. También desde la Ogliastra más profunda parte un itinerario hacia la "cima" de la Isla: un camino de cuatro horas parte del pueblo nurágico de Ruinas, en el territorio de Arzana y sube a los picos de Florisa, la Marmora y, por último, "della Croce", que siempre ha sido un punto de referencia para los excursionistas que abordan el macizo.
Todas las fiestas son especiales con los dulces tradicionales
La cocina sarda es un reflejo de su cultura secular, que también se refleja en la amplia producción de dulces tradicionales. Según los territorios, los nombres, las formas y los detalles de las recetas varían; los ingredientes básicos son idénticos, simples y aromáticos. El resultado son manjares de sabor intenso, como la famosa seada o sebada, elaborada a partir de dos discos de masa superpuestos con un relleno de queso ácido y fibroso, aromatizado con cáscara de naranja o limón. Después de sumergirla y freírla en aceite caliente, se rocía con miel, preferentemente de madroño, y se sirve caliente y crujiente. Tiene sus orígenes en la cultura agropastoral de Barbagia, cuando los pastores volvían a casa después de la trashumancia, acogidos por el calor familiar. Perfectos para todas las ocasiones son los bizcochos de Fonni, similares a las galletas de Saboya, pero más suave y con aroma a limón o vainilla. En Campidano se conocen con el nombre de pistoccus. Para prepararlos se necesitan huevos, azúcar y harina. Ideales para el desayuno son los is pistoccheddus grussus, bizcochos secos, livianos y desmenuzables. El origen está en los pueblos de los alrededores de Monte Linas, donde se les llama gallettinas. Para una merienda, nada mejor que un pastel de ricotta o un pastel antiguo, su papai biancu, que ya se hacía en la Edad Media en Cagliari: un budín de leche endulzado con almendras y limón.
Termas de Cerdeña, bienestar desde siempre
No es casualidad que en Cerdeña las aguas termales, filtradas por antiguas rocas volcánicas y calentadas por el efecto gradiente geotérmico, fluyan cerca de domus de Janas y sitios nuragicos. Se puede afirmar con relativa certeza, de hecho, que los beneficios de su composición salina-bromina-yodo o sulfurosa eran bien conocidos desde la prehistoria. Características que no pasaron desapercibidas para los colonizadores romanos, que identificaron en los lugares ya conocidos en la época nurágica áreas donde realizar instalaciones termales que han sobrevivido hasta nuestros días. Incluso entonces, los "patricios" se beneficiaban de tratamientos curativos y estéticos en entornos ambientales únicos. Hoy en día se puede disfrutar de modernas y acogedoras estructuras, perfectas para la relajación, el bienestar y el cuidado del cuerpo.
Las cinco playas más amadas
Según los turistas de todo el mundo, cinco de las diez playas más bonitas de Italia se encuentran en Cerdeña, sus ‘joyas’ costeras dominan la clasificación nacional redactada según la calidad y cantidad de reseñas en la web por los turistas que la han visitado
Paisajes encantadores para pedalear en libertad
Sensación de libertad, paso con ritmo y relajado, silencio interrumpido sólo por el paso de las ruedas. Un viaje "dulce" para descubrir los paisajes encantadores de una tierra muy antigua, en parte virgen y sin contaminación, a veces accidentada y salvaje. En bici, recorriendo la costa oeste y sur de Cerdeña, desde Alghero a Cagliari, más de un tercio de la circunnavegación de Cerdeña. Los casi 400 kilómetros discurren por lugares ricos de tradición y herencia del pasado, lugares en los que se puede combinar la pasión por la bicicleta y la naturaleza con el "deseo" de enriquecimiento cultural. Lejos del tráfico y del ruido, pedalearás por carreteras seguras, en su mayoría secundarias -provinciales, municipales y urbanas-, así como por tramos de carreteras estatales y pistas para bici, ricas en sitios de interés, atracciones naturales y lugares de interés cultural.
Capo di Sopra en bicicleta
El silencio amplifica los sonidos de la naturaleza. La brisa reconforta el andar cadencioso. Maravillosos paisajes fluyen por caminos fáciles de recorrer. El clima suave acompaña el descubrimiento de territorios ricos en historia y cultura y el conocimiento de las comunidades que los habitan. Unas estructuras de calidad te dan la bienvenida al final de la jornada en bicicleta. Los platos genuinos y deliciosos te recargan para el día siguiente. Cerdeña concentra en sí misma todas las motivaciones que un cicloturista busca en sus vacaciones. Las rutas de diferente dificultad ofrecen una amplia gama de opciones, desde el aficionado hasta el ciclista experimentado.
En bicicleta, entre las montañas y el mar
"Es montando en bicicleta como se pueden conocer mejor los contornos de un lugar". A Ernest Hemingway le encantaba viajar sobre dos ruedas, la sensación de libertad, el ritmo, el descubrimiento de territorios. Probablemente habría disfrutado recorriendo Cerdeña en bicicleta en medio de un paisaje encantador, reconfortado por un clima suave, alejado del tráfico, por carreteras seguras y a veces desiertas, en contacto con el territorio y las comunidades que lo habitan. La bicicleta es el medio y el hilo conductor para descubrir una tierra auténtica, muy antigua y a veces virgen.