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Nuoro, guardián de la cultura de ayer y hoy

Entre las montañas y los bosques de la Barbagia, donde en verano se desprenden los olores de la naturaleza liberada del manto silencioso de la nieve, surge Nuoro, corazón en ebullición de la isla. Es fácil llegar en automóvil o, si vienes de la costa con toda la familia, también en autocaravana. Llamada en el pasado la Atenas sarda, es una ciudad “de una vejez fuerte, noble, serena”, como escribió Grazia Deledda a propósito de Ruth, una de las protagonistas de Cañas al viento.

Una isla-parque por explorar

Una aproximación a Cerdeña, original y respetuosa con el medio ambiente. Una visita, o más de una, a los parques y las áreas marinas protegidas, donde en cualquier época del año se puede practicar senderismo, ciclismo y paseos a caballo por la costa, excursiones en kayak o en barca en aguas de color esmeralda e inmersiones en impresionantes fondos marinos. Cerdeña es una isla-parque: cinco áreas marinas por casi ochenta mil hectáreas de territorio y de mar, incontaminadas y protegidas, donde es posible realizar rutas naturales, culturales y enograstronómicas, que te proporcionarán emociones inolvidables.

Cocina sarda, identidad y sabor

Se dice que la comida es el reflejo de un pueblo: en pocos lugares del mundo esto es tan verdad como en Cerdeña. La calidad de los productos y el modo de preparar los platos y su sabor único son el legado de una historia milenaria cuyo valor va mucho más allá de lo simplemente bueno. La cocina sarda de hoy es similar a la que se hacía siglos atrás y solo se diferencia por las técnicas de preparación, que varían de un sitio a otro. Tanto en la costa como en el interior, Cerdeña sorprende siempre a los visitantes por sus exquisiteces gastronómicas, basadas en ingredientes simples y genuinos, con sabores fuertes y delicados a la vez.

Identidad y pasión: de costumbre, es fiesta todo el año

Durante todo el año se celebran fiestas que se remontan a muchos siglos atrás. El calendario de fiestas tradicionales empieza en enero, con las hogueras de san Antonio, que se encienden en decenas de pueblos en el corazón de la isla. En febrero tocan las sugestivas y misteriosas fiestas de carnaval con atuendos y máscaras que varían en cada pueblo. Absolutamente imperdibles las acrobáticas exhibiciones de las parejas de caballos durante la Sartiglia de Oristano, las danzas ancestrales de los Mamuthones en Mamoiada y de los Merdules en Ottana y las fiestas alegóricas de Bosa y Tempio Pausania, donde todo el año se vive para la fiesta. En Pascua, la pasión de los ritos de Semana Santa revive en muchos pueblos, cada uno con sus peculiaridades. Son famosas las fiestas de Aggius, Alguer, Castelsardo, Iglesias y Oliena.

Arte de trenzar, manos hábiles y secretos seculares

La artesanía artística es una peculiaridad intrínseca y específica de Cerdeña. Gracias a tantas mujeres que, a lo largo de los siglos, han ido perfeccionando la técnica de trenzar el mimbre, hoy, los canastros son una de las principales manifestaciones de la artesanía sarda. Las formas de los canastos varían en función del tipo de material y del lugar de producción: en Flussio, Montresta, Ollolai y Sennori. el asfódelo es la materia prima por excelencia; en cambio, en los pueblos de la llanura, cerca de lagunas y del mar, como Castelsardo, San Vero Milis y Sinnai, los canastos se realizan con junco, paja o palmito. Todos los centros de producción han mantenido viva una tradición antigua y sugestiva gracias a las mujeres que han transmitido de generación en generación los secretos del trenzado, creando formas diferentes según la función de los objetos y mezclando elementos coloreados, dibujos extraordinarios y motivos tradicionales.

La voz silenciosa de los murales de Orgosolo

Cada uno con su propio estilo, los murales de Orgosolo son fruto de un fermento intelectual todavía vivo, de un territorio culturalmente en ebullición, rebelde y políticamente activo. El centro de la Barbagia permite conocer una Cerdeña antigua y atemporal, rodeada por una naturaleza exuberante e incontaminada. En cada casa, en cada pared, hay un mural: un paseo por las calles del pueblo se transforma en una lectura atenta de las expresivas pinturas realizadas al fresco en cualquier superficie de piedra, acompañada por el tradicional cantu a tenore. Con sus imágenes expresivas y evocadoras, Orgosolo dialoga y crea vínculos con sus habitantes y visitantes.