Cocina sarda, identidad y sabor
Se dice que la comida es el reflejo de un pueblo: en pocos lugares del mundo esto es tan verdad como en Cerdeña. La calidad de los productos y el modo de preparar los platos y su sabor único son el legado de una historia milenaria cuyo valor va mucho más allá de lo simplemente bueno. La cocina sarda de hoy es similar a la que se hacía siglos atrás y solo se diferencia por las técnicas de preparación, que varían de un sitio a otro. Tanto en la costa como en el interior, Cerdeña sorprende siempre a los visitantes por sus exquisiteces gastronómicas, basadas en ingredientes simples y genuinos, con sabores fuertes y delicados a la vez.
Identidad y pasión: de costumbre, es fiesta todo el año
Durante todo el año se celebran fiestas que se remontan a muchos siglos atrás. El calendario de fiestas tradicionales empieza en enero, con las hogueras de san Antonio, que se encienden en decenas de pueblos en el corazón de la isla. En febrero tocan las sugestivas y misteriosas fiestas de carnaval con atuendos y máscaras que varían en cada pueblo. Absolutamente imperdibles las acrobáticas exhibiciones de las parejas de caballos durante la Sartiglia de Oristano, las danzas ancestrales de los Mamuthones en Mamoiada y de los Merdules en Ottana y las fiestas alegóricas de Bosa y Tempio Pausania, donde todo el año se vive para la fiesta. En Pascua, la pasión de los ritos de Semana Santa revive en muchos pueblos, cada uno con sus peculiaridades. Son famosas las fiestas de Aggius, Alguer, Castelsardo, Iglesias y Oliena.
Museo del mar
“El rey Carlo Emanuele (…) convirtió con éxito, (...) la isla hostil en una región de pesca y comercio para que procurarse al reino y al extranjero riqueza y bienestar”. La inscripción se destaca en la puerta sur del castillo sabaudo: fue la primera construcción en albañilería (1738) en aquel entonces naciente Carloforte, burgo construido en una acropoli natural.
El fortín se alzó como cuerpo de guardia y sede de reuniones, luego llegó a ser y lugar de reclusión. Renovado, hoy en día acoge al museo municipal, llamando museo del Mare. Dentro encontrarás el cuento de una comunidad de la Liguria trasladada desde Tabarka (en Túnez) en la isla sulcitana de san Pietro, hoy accesible en 40 minutos en ferry desde Calasetta y Portoscuso.
La primera de seis salas incluye los documentos de la colonización. La segunda expone hallazgos relacionados con la pesca, elaboración y conservación del atún, actividad que dio fama a la isla en el mundo. Admirarás un modelo de almadraba, que representa un conjunto de anclas y redes que forman la ‘jaula’ para la matanza, y la maqueta de lo stabilimento del siglo XIX de Portopaglia. Cada año, entre finales de mayo y principios de junio, Carloforte celebra la tradición, con un evento gastronómico internacional, el Girotonno. El recorrido por el museo continúa con la sala malacológica, que incluye una colección de conchas mediterráneas. En la Sala Galanzieri, por otro lado, se encuentran documentos sobre los barqueros que conectaban la isla con las minas del Sulcis (en concreto Porto Flavia) para trasladar los minerales, incluso,
herramientas utilizadas en la navegación a vela latina. La visita se concluye en una sala de actividades campesinas y otra dedicada al pintor Mario Emanuelli.
Después de la visita al museo, no te pierdas la oportunidad de explorar las costas irregulares y las maravillosas ensenadas de San Pietro. Al norte encontrarás la romántica Cala Vinagra; en noroeste el profundo fiordo que termina con la preciosa Cala Fico; al oeste el imponente promontorio de Capo Sandalo, dominado por el faro del siglo XIX más occidental de Italia; al sur La Conca, con acantilados desplomados, y le Colonne, con dos farallones que sobresalen del agua, símbolo de Carloforte.
Arte de trenzar, manos hábiles y secretos seculares
La artesanía artística es una peculiaridad intrínseca y específica de Cerdeña. Gracias a tantas mujeres que, a lo largo de los siglos, han ido perfeccionando la técnica de trenzar el mimbre, hoy, los canastros son una de las principales manifestaciones de la artesanía sarda. Las formas de los canastos varían en función del tipo de material y del lugar de producción: en Flussio, Montresta, Ollolai y Sennori. el asfódelo es la materia prima por excelencia; en cambio, en los pueblos de la llanura, cerca de lagunas y del mar, como Castelsardo, San Vero Milis y Sinnai, los canastos se realizan con junco, paja o palmito. Todos los centros de producción han mantenido viva una tradición antigua y sugestiva gracias a las mujeres que han transmitido de generación en generación los secretos del trenzado, creando formas diferentes según la función de los objetos y mezclando elementos coloreados, dibujos extraordinarios y motivos tradicionales.