"Ángulo de paraíso", "paisaje tropical", "una cascada única", "nunca visto nada igual", "una experiencia fantástica", "un encanto", "pura magia", "un trozo de Cerdeña para llevar en los ojos, en el corazón y en la piel para siempre". Éstos son los comentarios de los visitantes de sa Stiddiosa, obra maestra de la naturaleza a lo largo del curso del río Flumendosa, que cae en el territorio de Gadoni, del que dista quince kilómetros, justo en la frontera con el de Seulo, pueblo a unos ocho kilómetros de la maravillosa y singular cascada.

El nombre significa literalmente "goteo" y deriva de is stiddius, es decir el efecto de las gotas de agua que caen y, en este caso, crean una cascada. De hecho, más que una cascada es una llovizna, un grueso hilo que cae en cascada desde un manantial kárstico. Las gotas caen en cascada por una imponente pared rocosa lisa, perpendicular al lecho del río, caracterizada por enormes concreciones calcáreas -depositadas por el flujo continuo de agua- y ampliamente cubierta de plantas hidrófilas, especialmente el culantrillo. El agua del manantial se divide en mil riachuelos desviados por concreciones y vegetación, el resultado es la espesa llovizna, que cae con un denso "goteo" en invierno y "calma" en verano. Termine la caída en un estanque de agua verde esmeralda al borde de la orilla derecha del río, donde si hace buen tiempo podrás bañarte mientras contemplas el espectáculo.