Una zambullida en un mar que parece pintado. Conocida como is pùligi de nie (las pulgas de nieve) por las piedras blancas y rosas, mixtas con la arena, que la componen. Cala Mariolu, en el territorio de Baunei, debe su nombre a la foca monje que se dice, ‘robaba’ el pescado de la red de los pescadores provenientes de Ponza, por lo tanto gozaba del apelativo ‘mariolo’ (ladrón).

Su panorama asombra por los tonos de infinito azul, verde esmeralda y celeste y por los cantos que parecen copos de nieve. El acantilado que la circunda alcanza los 500 metros de altura y cae a pico sobre el agua tanto al norte como al sur, volviendo Cala Mariolu accesible desde tierra solamente a través de un trekking fatigoso (para expertos) en medio a una densa maquia mediterránea. Punta Is Puligi en el pasado era un punto de descarga del carbón para los furisteris, los carboneros que poblaban Baunei.