En Barumini se respira un aire especial: desde la prehistoria ha sido el centro de poder y de referencia de un rico territorio, la Marmilla. Lo demuestra su Nuraxi, no solo el nuraga más espectacular (y mejor conservado) entre los treinta que hay en esta zona, sino el testimonio más importante dejado por la civilización nurágica. La zona arqueológica comprende un nuraga complejo y un importante poblado de cabañas, un lugar único, que la Unesco declaró Patrimonio de la Humanidad en 1997. El sitio arqueológico fue sacado a la luz en los años cincuenta del siglo pasado gracias a las excavaciones realizadas por Giovanni Lilliu. Precisamente a él, «padre» de la arqueología sarda, se le ha dedicado un centro cultural, ubicado cerca del nuraga, donde se celebran conferencias, exposiciones, conciertos y talleres didácticos.

Su Nuraxi, construido en basalto, piedra volcánica procedente de un lugar cercano al parque de la Giara, presenta una estratificación de dos mil años, desde el s. XVI a. de C. hasta el s. VII d. de C.